Brujas

No se trata de un cuento de miedo. Todo lo contrario. Cuando pienso en un lugar de cuento, pienso en Brujas.

Llega el viernes, pero este fin de semana los planes ya están hechos. Saldremos de trabajar, maletas en mano y dirección al aeropuerto. Nuestro viaje comenzó aquí. Ahora ya no hay tiempo que perder. Ya tenemos el billete online, así que una vez en el aeropuerto directamente al control. Dispositivos electrónicos en una bandeja, líquidos en una bolsa transparente también fuera, chaqueta, cinturón y zapatos. Ah no, zapatos no, porque las zapatillas van genial para evitar esto 😜. Pasamos el control, miramos la puerta de embarque o si disponemos de la aplicación de AENA (gran consejo que me dio hace un par de años mi compañera Lota), te va avisando al móvil de cada cambio en el vuelo. Así que nos dirigimos a la puerta correspondiente, visita a los baños y enseguida oímos la señal de salida.

   — Atención, si su viaje es con destino a Bruselas ya pueden embarcar por la puerta J47.

Y tras estas mágicas palabras, ahora sí, ¡comienza la aventura!

Subimos al avión totalmente equipados con algo de lectura, capítulos en streaming descargados en la aplicación, agua y unas papas para picotear. Igualmente tardaré poco más de lo que tarda el avión en despegar y alcanzar la altura de ruta para caer dormida.

   < Damas y caballeros, vamos a comenzar el descenso. >

Tras unas dos horas y media, tocamos de nuevo tierra. Maletas ya en mano, sólo llevamos las de cabina, nos dirigimos rápidamente a la estación de tren. Apenas un paseíto de diez minutos y ya, listos de nuevo para un nuevo trayecto.

   < Passagers du train! >

Otro nuevo aviso para ahora sí, tomar el último transporte. Noventa minutos y estaré allí de nuevo, observando tus edificios, tus árboles, paseando entre tus calles, contemplando tus canales, saludando a tus cisnes, tu gente, sintiendo tu esencia, tu energía… Sí, no es la primera vez que te visito, pero esta vez te disfrutaré más y mejor. Esta vez no toca una visita de un día, toca disfrutarte.

Brujas, te mereces mínimo un fin de semana para poder contemplar tus más de diez siglos de historia,
y eso es lo que vamos a hacer.

Por fin, llegamos a la estación de tren de Brujas. Sí, han sido unas horas de trayecto, pero merecen la pena. Hoy no dará para mucho más que para lanzar un “ya estamos aquí” a los canales, cenar y descansar. Pero así mañana podremos comenzar a primera hora.

Durante el trayecto, Javi y yo hemos decidido que el primer lugar al que íbamos a ir es a ‘t Brugs Beertje a por unas buenas cervezas. Y, como no nos poníamos de acuerdo, ya allí decidir donde ir a cenar. Pero cada cosa a su debido tiempo 😉. Son apenas quince minutos y un agradable paseo para estirar las piernas y comenzar a respirar este aire tan especial de Brujas.

Al llegar a ‘t Brugs Beertje nos facilitan la carta y comenzamos a mirar. De verdad que no sabía que podían existir tantas cervezas. Cansados del viaje y sin tener ni idea de qué pedir, llamamos al camarero, le indicamos que nos gustaría probar cervezas de la zona y escogemos la mejor opción, dejarnos aconsejar por él. Y no tarda apenas nada en traernos dos botellas, cada una de un tipo para así probarlas, con un líquido oro tostado y esa marca de espuma, nos la llevamos a los labios y el gozo nos invade la garganta. Que bien sienta una buena cerveza después de un laaaargo viaje.

Tan bien aconsejados en lo que a la cerveza se refiere, y sin haber decidido lugar para cenar cuando ya están más cerca las 23.00h que las 22.00h y esto no es España en cuanto a horarios, le preguntamos al camarero dónde se puede comer algo. Aquí ofrecen quesos y poco más, pero sinceramente, tengo hambre. Así que nos indica un sitio que está prácticamente enfrente y nos dirigimos allí rápidamente para irnos a descansar con el estómago lleno.

Doce metros después estamos en The Hobbit, pidiendo costillas barbacoa y patatas fritas, hay que probar las tradiciones gastronómicas y quizá sea uno de los motivos por lo que tanto me gusta Brujas. Las patatas fritas son uno de los platos famosos que sí o sí se han de probar. Sin problema, ¡ponme dos de papas! Y otro par de cervecitas para que entre bien la comida. Y, para terminar, helado de vainilla con tarta de manzana. Ya puestos en faena, para qué dejarlo a medias.

Agotados por el viaje y bien alimentados, nos dirigimos ahora sí al hotel. Hacer checkin, descansar y coger fuerzas para todo lo que nos queda por vivir este fin de semana.

Canales de Brujas 📌 Foto de Brujas Free Tour

¡Amanece en Brujas!

Comenzamos nuestro primer día sedientos de conocimiento- Por ello hemos reservado un Free Tour a las 11.00am. Y como de la cena de ayer ya no queda nada, toca un buen desayuno y coger fuerzas para no parar en todo el día.

Continuando con la tradición de investigar qué recomiendan compañeros viajeros, vamos a Li O Lait, situado en Dweersstraat 30, a por unos buenos ‘Mocha Dalgona’ (café con chocolate) y a degustar uno de sus aclamados bagels.

Tras desayunar, apenas son las 09.30am. Hemos quedado a las 11.00am en la Grote Mark frente a la Torre de Belfort, pero vamos hacia allí ya. Aún queda una hora y media, el tiempo perfecto para hacer una sesión de ejercicio matutino subiendo 366 escalones en caracol. Sí, es un poco temprano para esto, pero comenzar el día y prácticamente el viaje con unas vistas espectaculares de Brujas desde la Torre Belfort, merece el esfuerzo.

Como es primera hora, apenas hay gente. Y lo bueno, es que no nos toparemos con gente bajando mientras subimos pues no hay nadie arriba aún ✌️. Hacemos algún que otro breve descanso subiendo, a parte de que los más de 300 escalones ya pican, porque hay momentos que marea un poco al ser en caracol. Y agradezco mucho no estar todo el rato cruzándonos con gente. Y cuando comienzo a pensar “me rindo Javi, luego me pasas una foto de las vistas”, veo la luz al final de la escalera. “No, no he venido para quedarme a medias” me digo a mí misma y subo los últimos peldaños como si fueran los primeros. Si es verdad que me esperaba más del campanario (ideas que se hace una), las vistas son espectaculares.

Panorámica desde Torre Belfort 📌 Foto de Visit Bruges | © Jan D’Hondt

Mirar 83 metros hacia abajo es contemplar un lugar lleno de historia, de belleza. No podría decir de ninguna ciudad que es la ciudad más bonita, pero si me arriesgo a decir que es de las ciudades con más magia que he estado. Y aunque la malla protectora es necesaria, un poquito de encanto le quita a estas maravillosas vistas.

«Juraría que el aroma a gofre con chocolate me ha llegado hasta aquí …»

Contemplada la ciudad que aguarda que la paseemos, comenzamos a descender. Es más fácil que subir, pero no menos mareante 😅. Y cuando dejamos de movernos en espiral y recobramos el equilibrio, vamos al punto de encuentro pues el conocimiento aguarda.

Brujas Free Tour 📌 Foto de Brujas Free Tour

Paraguas en mano a juego con la chaqueta verde y la bandera española, nos recibe el que va a ser nuestro guía.

   — Muy buenos días. ¿Tenéis reserva?
   — Sí — le contesta Javi y le muestra la reserva en el móvil, porque lo de imprimir quita tiempo y árboles.
   — Genial chicos, pues esperamos unos minutos que estemos todos y comenzamos enseguida.

Sonreímos y nos mantenemos expectantes a un lado, fijándonos en la belleza de esta plaza y en sus detalles. Y quizá alguien diría que son minutos vacíos, tiempo muerto. Pero ese alguien está muy equivocado. Son los momentos en los que de verdad poder observar nuestro alrededor y encontrarnos a nosotros mismos en un punto del mapa. La mayoría de las veces simplemente nos movemos. Ahora realmente estamos.

   — Hola a todos — nos saluda el guía llamándonos al encuentro —. Soy Jorge de Brujas Free Tour y os voy a enseñar esta preciosa ciudad, que aunque la llamamos Brujas nada tiene que ver con el nombre. En realidad su nombre en neerlandés es ‘Bruges’, que significa puentes, debido a la gran cantidad de puentes que nos encontramos. Pues entre otros calificativos Brujas es conocida como “la Venecia del norte” y le sobran motivos para ello.

Escuchamos atentos a Jorge junto al resto del grupo quien, muy sutilmente, ha cautivado nuestros oídos y captado nuestra atención.

   — Hemos quedado en este punto porque es un punto estratégico en Brujas, o incluso diría que es el punto neurálgico de la ciudad, su foro. Estamos en la Grote Markt o Plaza Mayor. Esta gran plaza se usa como mercado, de ahí su nombre, desde el siglo X. Y a vuestro alrededor podéis observar las características fachadas de las casas gremiales. En una de ellas, en la casa Craenenburg, fue encarcelado Maximiliano I de Austria durante las rebeliones por subir los impuestos a los ciudadanos. ¿No sabes quién es Maximiliano I de Austria? — le pregunta a uno de los turistas divertidamente —. Pues fue el padre de Felipe el Hermoso, que aunque sea por el nombre quizá nos suena más — y todos nos reímos —. Y desde allí, presenció como decapitaron a su amigo y entonces gobernador de la ciudad Pieter Lanchals. A día de hoy, como la gran mayoría de estas casas gremiales, es un restaurante bastante frecuentado.

Torre Belfort vista desde Grote Mark 📌 Foto de Brujas Free Tour

   — Pero si hay un edifico que destaca — continúa explicando —, es sin lugar a dudas la Torre Belfort o torre campanario. Nada tiene que ver con los campanarios de las catedrales. La Torre Belfort es símbolo del poder e independencia de la ciudad, y en ella se custodiaban los manuscritos de las libertades obtenidas tras ganar la Batalla de las Espuelas de Oro. Por supuesto también servían para vigilar a lo lejos, pues si tenéis oportunidad de subir veréis que nuestros ojos llegan a abarcar incluso doce kilómetros si el tiempo acompaña. ¿Y porqué las campanas? Pues muy sencillo. Desde ahí se observan posibles peligros como invasiones, incendios, etc, y con las campanas se hacían sonar en caso de emergencia. Y sí, para anunciar las horas del día también suenan.

Jorge nos explica cada detalle de esta plaza sin explayarse y con momentos divertidos haciendo muy amena la explicación. Nos explica también los colores de la bandera y el lugar donde nació la primera bolsa de valores del mundo, la casa de la familia Van der Beurse, de lo que literalmente no tenía ni idea.

   — Y también destacar en esta plaza el Palacio Provincial. Este imponente edificio de estilo neogótico, donde antiguamente vivía el gobernador de la provincia (sí, ese que aquí mismo decapitaron) y que a día de hoy alberga en su interior el Juzgado Provincial de Flandes Occidental. Impresiona, ¿verdad?

Palacio Provincial 📌 Foto de Visit Bruges | © Jan Darthet

Realmente sí. Javi y yo nos quedamos contemplando el edificio, sin despistarnos ni un momento de las explicaciones de Jorge. Pero es verdad que este edificio particularmente me ha cautivado. Será su juego de colores, sus tejados oscuros, sus puntiagudos resaltos o sus farolas de entrada, no lo sé. Pero bien podría tratarse de la mansión de un cuento y que, en cualquier momento, por una de sus ventanas pasara la Bestia.

   — ¡Seguid al paraguas verde porque comenzamos a movernos!

Totalmente motivados, comenzamos a caminar mientras seguimos escuchando a Jorge y contemplando las casas y calles de Brujas. Paseamos por la calle empedrada de Breidelstraat, una calle pequeña pero que une las dos plazas principales de la ciudad y que se valdría el título de ser la calle más popular. Principalmente, porque está llena de gente. Es una calle con mucho encanto, pero al ser centro neurálgico las multitudes le restan parte de su belleza.

Plaza Burg 📌 Foto de Visit Bruges | © Jan D’Hondt
Palacio de Justicia 📌
Foto de Visit Bruges | © Jan D’Hondt

  — Y esta plaza donde nos vamos a detener un momento — nos indica Jorge —, es la Plaza Burg. En este mismo lugar Balduino I “Brazo de Hierro”, primer conde de Flandes, levantó el primer castillo dando lugar al nacimiento de Brujas. Y como podréis observar, es una plaza que gusta mucho a todo el mundo por la variedad de sus edificios.

     Si viajamos en el tiempo, en la parte arbolada podemos ver la antigua Catedral de San Donato. Ahí yacían las tumbas del pintor Jan van Eyck y también el humanista, filósofo y pedagogo valenciano Juan Luis Vives.

     Si giramos conforme a las agujas del reloj, nos encontramos en primer lugar con el Museo Het Brugse Vrije, de estilo neoclásico, donde se guardan los archivos históricos de la ciudad. Junto a él, el Palacio de Justicia (Gerechtshof), edificio de estructura neogótica construido en el año 1727. Seguro que este edificio llama vuestra atención por su color blanco, sus ventanas rojas y su decoración con figuras doradas.

     A continuación, tenemos el Ayuntamiento de Brujas. Es el ayuntamiento más antiguo de Bélgica, fue construido entre 1376 y 1426. Se conserva bastante bien — nos dice para captar nuestra atención entre tantos años y estilos arquitectónicos, lo cual desata una pequeña carcajada en el grupo —. De estilo gótico flamenco, destacan sin lugar a dudas las tres torres de forma octogonal de su fachada.

El edificio del Ayuntamiento me recuerda a otro Palacio de cuento. Es un edificio con un toque sombrío por sus colores, pero sus toques rojos y dorados, sus figuras que llenan la fachada y cada uno de los ornamentos de la misma, todo en su conjunto, es realmente digno de admirar.

   — Y un poquito más a la derecha, llamándonos desde esa pequeña esquina, la Basílica de la Santa Sangre. La joya más antigua de Brujas. Su capilla inferior, de estilo románico, data del siglo XII y dedicada a San Basilio. Y una superior de estilo neogótico del siglo XIX, donde se esconde la gran reliquia. ¿Sabéis de qué reliquia se trata?

Quien más quien menos investiga antes de cada viaje, así que dejamos entrever una sonrisa de afirmación en nuestros rostros.

Basílica de la Santa Sangre 📌 ©Wikimedia Commons

   — Correcto, ahí es donde, según se dice, se conserva una pequeña ampolla con la sangre de Cristo, de ahí el nombre de la basílica. Se dice que la sangre fue recogida por José de Arimatea y, tras las cruzadas, se trajo a Brujas en 1150. Este hecho es tan importante que una vez al año se celebra una procesión en honor a la Santa Sangre por el centro de la ciudad.

Continuamos el tour pasando por un callejón bajo el Palacio de Justicia que nos lleva directamente a un pequeño puente. Giramos levemente a la derecha donde encontramos una pequeña “cabina” de BOOTEXCURSIES (paseo en barca) que rápidamente apunto mentalmente. Y entre los edificios llegamos a una pequeña plaza, la Plaza de los Curtidores (Huidenvettersplein).

Plaza de los Curtidores 📌 Foto de Brujas Free Tour
Plaza de los Curtidores 📌 Foto de Visit Bruges | © Jan D’Hondt

   — Como podéis ver esta plaza es más pequeña que la anteriores, pero quizá de ahí su encanto y que sea la preferida para los artistas. Su nombre es debido a que en este lugar era donde los curtidores ejercían su profesión. Recordar que la prosperidad de esta ciudad fue precisamente por los distintos gremios que se forjaron en su época. Y que la belleza a día de hoy es gracias a las huellas que aquí dejaron. Pues bien, buena muestra de ello es también esta plaza. Y justo al lado, se levanta el Vismarkt, el mercado de pescado. La proximidad de estos dos dispares gremios fue lo que ocasionó que los curtidores se trasladasen, pues la mezcla de olores del proceso de encurtido y de pescado…. Agradable no tenía que ser, la verdad.
     Bueno, en esta plaza tenemos que destacar la Casa de los Curtidores. Y la columna del centro de la plaza, con dos leones sosteniendo aún a día de hoy el escudo de los curtidores. Actualmente, lejos de ser un lugar donde se entremezclan fuertes olores, podemos disfrutar de un renovado aire bohemio gracias a los artistas que, como comentaba, aquí se reúnen.

Creo que no llevamos ni medio tour, y estamos rebosantes de conocimientos. Me encanta realizar tours por las ciudades con tanta historia, pues es la mejor manera de no perder detalle. La gente local, la que ha estudiado cada rincón y lo recorre día a día, son los mejores maestros. ¿Y qué es viajar si no conocer?

   — Aviso: preparar bien vuestras cámaras y, sobre todo, abrir bien los ojos.

Salimos de la Plaza de Curtidores justo por la esquina opuesta por la que habíamos accedido. Frente a nosotros una terraza literalmente abarrotada de gente. Comenzamos a mirar a nuestra derecha pues tenemos un espacio abierto, los canales. Seguimos avanzando a ras del pequeño muro del canal, apenas torcemos la esquina a la derecha cuando Jorge se detiene, se gira hacia nosotros y, sin mediar palabra, nos señala con su brazo izquierdo para que miremos hacia nuestra derecha. Es aquí, “la foto de Brujas”.

   — Sí, estamos en ‘Rozenhoedkaai’. ¿No? — le miramos fuzgamente extrañados porque no nos suena ese sitio, pero tampoco queremos apartar la mirada de las vistas, Torre de Belfort al fondo. Incluso algunos ya han comenzado a realizar el oportuno reportaje fotográfico —. ¿De verdad no os suena ‘Rozenhoedkaai’? Bueno, vale. Quizá os suene más Muelle del Rosario, pues es un lugar que aparece en todas las guías de viajes de Brujas y es uno de los imprescindibles. No hace falta que explique mucho el porqué.

Hace sol, se refleja sobre los canales, corre una suave brisa con la que hace ondear suavemente los árboles que componen la postal. Las casas, las barcas, la Torre de Belfort al fondo, que como nos indica Jorge si nos fijamos bien desde aquí, está levemente inclinada. A la izquierda un pequeño puente lleno de gente. Justo detrás, una calle bañada por la sombra de los árboles. Por favor, que se detenga el tiempo.

Muelle del Rosario 📌 Foto de Brujas Free Tour

El guía sabe perfectamente lo que sucede aquí, unos cuantos años y muchos tours le valen de experiencia. Por ello se detiene unos minutos, permitiendo que quien más quien menos se haga la foto de rigor o simplemente que disfrute de estas vistas. De nuevo, sólo un ‘pero’. La multitud. Qué bonito tenía que haber sido cuando apenas los habitantes de esta ciudad paseaban por estas mágicas calles. Pues dudo que haya muchos días o momentos al año en los que Brujas no cuente con miles de visitantes.

   — Precioso, ¿verdad? — comienza a hablar de nuevo Jorge para retomar el tour —. Sé que podríamos quedarnos aquí mirando durante horas, pero aún quedan muchas cosas por ver y estoy seguro que también os van a gustar. Pero antes de continuar, ahí enfrente — nos indica señalando con el dedo índice a la casa que se sitúa al otro lado del canal enfrente nuestro, haciendo esquina —, donde podemos observar una terraza llena de mesas junto al sauce, nos encontramos la Casa de España. Una mansión gótica en la que vivió el exalcalde Juan Pérez de Malvenda. Fue allí donde en el momento álgido de revueltas religiosas, escondió la reliquia de la cofradía de la Santa Sangre de la que formaba parte. Más tarde, restituida la normalidad, la devolvió a la hermandad y la procesión que se celebra cada año arranca desde esta casa. Y un pequeño tip para el viaje. Actualmente esta casa se ha convertido en ‘The Beer Wall’, un bar sólo apto para amantes de la cerveza. Si tenéis la oportunidad de ir, podéis tomaros una o varias cervezas, pues cuentan con el mural de cervezas más grande del mundo. Ahí es nada. Y, además, desde esa terraza disfrutaréis de unas vistas magníficas.

Perfecto, apuntado en la lista de pendientes para ir 😊. Retomamos la marcha por la calle Dijver, paseando por al lado del canal, contra la corriente. De frente, aguardando nuestra llegada, una majestuosa torre. Es un pequeño trayecto que Javi y yo ya hemos decidido repetir de noche, pues tiene que ser doblemente mágico.

Antes de llegar al final de la calle, en el paso peatonal, seguimos a Jorge que se desvía hacia la izquierda para pasar por un pequeño arco. Nos indica que aquí se encuentra el ‘Museum Arentshuis, espacio para presentaciones de colecciones del Museo Groeninge. Continuamos atravesando el parque Arentshof y contemplando las esculturas que allí hay. Javi y yo observamos que la gente se va aglutinando, señal de que llegamos a otro punto “instagrameable”. Y es entonces cuando lo vemos, otro de los lugares mágicos y más retratados de Brujas: el Puente de San Bonifacio. Literalmente es un lugar sacado de un cuento donde dejarse enamorar.

   — No sé si son necesarias demasiadas presentaciones — personalmente creo que realmente no —, así que os voy a dejar simplemente disfrutar de la magia de este lugar, los jardines, los canales, los edificios de piedra y madera, el Palacio Gruuthuse, la majestuosa Iglesia de Nuestra Señora a la que ahora iremos, el Puente Gruuthuse justo en frente a este puente, que es el único puente de Brujas que cuenta con un edificio sobre él… Cualquier rincón al que se dirija vuestra mirada estoy seguro que es mágico…

Jorge nos deja contemplar, maravillarnos y, por supuesto, hacer las fotos de cuento.

Puente del Amor 📌 Foto de Brujas Free Tour
Puente del Amor_Visit Bruges ©Jan D'Hondt
Puente del Amor 📌 Foto de Visit Bruges | ©Jan D’Hondt

   — Es como estar dentro de un cuento de hadas, ¿verdad? — retoma las indicaciones Jorge —. Pues sólo os voy a contar un pequeño secreto que, en realidad, para mí, no rompe la magia de este lugar, pero resulta cuanto menos curioso. ¿Cuántos años creéis que tienen los edificios y el puente?
   — Uff, siglos — contesta alguien.
   — Pues la mayoría del conjunto sí, pero el Puente de San Bonifacio es en realidad uno de los puentes más jóvenes de Brujas. Se construyó a principios del siglo XX. ¿Mal conservado? Todo lo contrario. Perfectamente integrado en la postal más bien.

Ya hemos cruzado el puente, pero nos volvemos a mirarlo de nuevo pues realmente parece que ese puente lleve siglos allí. Nos hemos detenido además ante el monumento de nuestro paisano Juan Luis Vives, que observa impasible el paso de los días y de parejas de enamorados por el Puente de San Bonifacio. Y al fondo, magnánima, la Iglesia de Nuestra Señora de Brujas. Nos adentramos en otra zona ajardinada para acercarnos a ella mientras Jorge nos sigue explicando cada detalle de esta bella ciudad.

   — La iglesia fue levantada entre los siglos XIII y XV. Junto a ella, se alza la segunda torre de ladrillo más alta del mundo. Ni más ni menos que 122,3 metros de altura. Su parte exterior es de estilo gótico, pero su decoración interior es barroca.

Iglesia de Nuestra Señora de Brujas 📌 Foto de Brujas Free Tour

     — Es muy recomendable su visita también porque en su interior hay varias curiosidades. En el altar mayor descansan los sepulcros de Carlos el Temerario, duque de Borgoña y Brabante, y de su hija, María de Borgoña. Curioso que, aunque murieron sólo con cinco años de diferencia, el sepulcro de su hija es unos sesenta años más antiguo. ¿Cómo es posible? Pues porque María de Borgoña fue enterrada con una decoración propia de su época, gótica. Pero Carlos el Temerario fue inicialmente enterrado en Francia y sus restos se depositaron aquí 50 años después, junto a los de su hija, siendo su sepulcro de estilo renacentista.
     Pero aquí no acaba todo. No sé si los nombres de Carlos el Temerario y de María de Borgoña os suenan, ¿pero y el de Felipe el Hermoso? Creo que este seguro que sí. Pues Felipe el Hermoso fue el Duque de Borgoña a la temprana edad de 4 años al fallecer su madre. Y se convirtió en Felipe I de Castilla tras casarse con Juana la Loca, hija de los Reyes Católicos. Es más, la locura de esta también se dice que fue debida a la temprana muerte de su marido con sólo 28 años y sus cuerpos yacen juntos en la Catedral de Granada. Pero el cuerpo de Felipe el Hermoso fue despojado de su corazón y se trajo de vuelta a la ciudad que lo vio nacer, Brujas, yaciendo en el sepulcro de su madre. Un corazón que ni después de muerto perteneció a su esposa Juana.

   — Y aún hay algo más — continúa diciendo Jorge mientras todos estamos boquiabiertos —. Seguro que también os suena el nombre de Miguel Ángel Buonarroti, grandioso artista florentino. No, su sepulcro no está aquí, pero si su obra ‘Vigen con el Niño‘ o mundialmente famosa ‘Madonna‘. Se trata de la única obra que salió de Italia mientras este aún vivía. Y tanto la Virgen como el niño Jesús miran hacia el suelo porque la escultura no se concibió para ser expuesta aquí. Se esculpió para el altar Piccolomini de Siena para colocarse a una gran altura. Y aunque tan deseada ha sido que fue robada hasta en dos ocasiones, afortunadamente regresó a su lugar y la podemos disfrutar en la Iglesia de Nuestra Señora de Brujas.

Durante toda esta magistral clase de historia, hemos paseado bordeando esta preciosa iglesia. Sobra decir que también está apuntada para verla por dentro. Sin ser experta en arte, la escultura es verdad que me atrae. Y a Javi le encanta, así que por supuesto hay que ir.

Recorremos la calle Mariastraat y sin darnos cuenta ni dejar apenas respirar a Jorge, pasamos frente al Hospital de San Juan y nos detenemos en el puente que hay justo a continuación. Desde aquí se observa el canal con la imagen lateral de este inmenso edificio.

Hospital de San Juan 📌 Foto de Brujas Free Tour

   — Se podría afirmar que hablamos del hospital más antiguo de Europa, donde peregrinos, frailes, soldados, comerciantes y un largo etcétera venían en busca de hospitalidad, de ahí el nombre de hospital. Lo que se les proporcionaba era básicamente algo de pan que llevarse a la boca y una cama donde poder descansar después de largos viajes. Dado que Brujas gozaba de un gran esplendor, eran muchas las personas que aquí venían — nos explica Jorge mientras retomamos la marcha, aunque continuando la explicación sobre el edificio —. Pero sí, también se cuidaba a enfermos, hasta el siglo XIX cuando se construye el nuevo hospital y este edificio se convierte en un espacio lleno de cultura. En su interior se encuentra el Museo Memling, con seis obras de Hans Meling, de ahí su nombre, destacando el Relicario de Santa Úrsula. Y también podéis ver una farmacia del siglo XVII muy bien conservada. Muy recomendable también la visita.

Apenas unos metros después, se abre un pequeño hueco entre los edificios justo en la esquina de una tienda de souvenirs. Jorge, sin detenerse, entra ahí. Nos miramos dubitativos unos a otros pues parece un callejón, pero unos detrás de otros porque todos juntos imposible, vamos entrando. Se trata de la calle Stoofstraat, una calle muy estrecha, adoquinada, con casas de ladrillo pintados en su mayoría. Donde hoy encontramos gran cantidad de comercios, antiguamente se situaban los baños públicos, asequibles principalmente por la nobleza y los comerciantes. El barrio rojo de Brujas.

Tras salir de la angosta calle, pasamos por la única cervecería dentro del casco histórico.

Stoofstraat 📌 Foto de Visit Bruges | © Jan Darthet

   — Aquí se encuentra la famosa cervecería ‘De Halve Maan’. La cerveza belga está declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, pues en sus más de 200 fábricas de cerveza se producen unos 1500 tipos distintos de esta agua dorada. Y precisamente en esta fábrica se puede degustar la rica cerveza ‘Brugse Zot’ (el Loco de Brujas).

Jorge nos cuenta, a grandes rasgos, que los brujenses tienen el sobrenombre de “locos de Brujas” (Brugse Zotten), de ahí el nombre de la famosa cerveza. Pero seguimos caminando sin detenernos pues el tour está llegando a su fin. Cruzamos un puente en cuyo lado opuesto hay una puerta abierta.

   — Desde aquí se accede a otra de las zonas históricas de Brujas, a Begijnhof (Beguinario). Esta pequeña ciudad es también, junto a otros beguinarios flamencos, Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

Parece que hayamos retrocedido a la Edad Media. Nos encontramos en un gran patio ajardinado rodeado de casas gemelas, pintadas de blanco y negro. Si ahora mismo me pusieran un pañuelo en la cabeza como en la serie de ‘La Criada’ no me sentiría fuera de lugar ni extrañada.

   — Disculpa Jorge — interrumpo ligeramente avergonzada por mi ignorancia —. ¿Qué es exactamente un Beguinario?
   — Pues era una ciudad convento para las mujeres que habían sufrido las consecuencias de guerras y Cruzadas. En muchos casos los esposos, hermanos o hijos de estas mujeres no regresaban. Y en aquella época ¿qué podía hacer una mujer sola? Pues debido a ello se creó una congregación laica en las que estas mujeres tenían un papel activo, valioso. Llevaban una vida austera y tranquila, ayudando a los más desfavorecidos, a los enfermos y realizando labores artesanales para su subsistencia y la de la comunidad. No cumplían votos estrictos como las monjas, y en el caso de que sus hombres volviesen eran libres para reanudar sus vidas de casadas, aunque su vida era muy similar. El beaterio de Brujas fue fundado en 1245 por Margarita de Constantinopla, condesa de Flandes. Desde 1930 está ocupado por monjas benedictinas, aunque podemos acceder y contemplar como el paso de los años no ha llegado a esta pequeña ciudad. Y visitar donde surgió, hace más de siete siglos, el Primer Movimiento Feminista de la humanidad

Beguinario 📌 Foto de Brujas Free Tour

Es un entorno donde se respira tranquilidad, armonía. Tras cruzar esta miniciudad, salimos hacia otro puente, pero no lo cruzamos esta vez, sino que seguimos caminando junto al borde del lago Minnewater. Vemos a unos preciosos cisnes, pues hay varias familias de cisnes viviendo en estos canales. Jorge nos explica que proceden de la familia llamada “Lanhals” que significa de cuello largo. ¿Y por qué Lanhanls? Pues porque era el apellido de Peter Lanhals. Sí, ese al que decapitaron en la plaza mayor ante la mirada de Maximiliano de Austria por subir los impuestos.

Y llegamos a Minnewaterpark, pues las leyendas mágicas no tienen fin en Brujas.

Minnewater 📌 Foto de Brujas Free Tour

   — Cuenta la leyenda — comienza a decir Jorge mientras nos aproximamos a un edificio de ladrillo en cuya esquina hay un pequeño túnel de arcos y desde el que se accede al mágico puente — que una joven dama de la alta sociedad de Brujas llamada Minna se enamoró de un joven de distinta clase social, por lo que la familia de la joven no aprobó esta relación. Minna tuvo una fuerte discusión con su padre y huyó desconsolada a encontrarse con su amado en el lago. Presa de la desesperación, la joven se perdió por el bosque y su amado, preocupado por la tardanza, fue en su búsqueda. Pero cuando encontró a su amada, ya había muerto. El joven, roto de dolor, separó las aguas del lago y la enterró bajo ellas. Desde entonces, los ciudadanos de Brujas dicen que, si dos enamorados se dan su primer beso en el puente del Lago del Amor, serán felices eternamente…

Y como un buen final de cuento se merece…

Puente de Minnewater 📌 Foto de Visit Bruges | © Jan D’Hondt

… “fueron felices y comieron perdices”.

Ah, pero aquí sólo acaba el tour. Aunque el lugar y su leyenda haya provocado un viaje en el tiempo y a la magia de las bellas historias de amor,
este cuento no ha terminado aún.

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